De cara al futuro: desafíos y oportunidades para el Tercer Sector
El Tercer Sector de Acción Social (TSAS) en España ha vivido un año de profunda transformación. Con más de 28.000 entidades dedicadas a la acción social, la atención sociosanitaria y la inserción laboral, el sector representa el 1,44% del PIB y moviliza a 1,5 millones de personas voluntarias y más de medio millón de profesionales. Sin embargo, detrás de estas cifras se esconde una realidad diversa y dinámica, marcada por cambios sociales, nuevas vulnerabilidades y exigencias crecientes de legitimidad y transparencia.
Durante este año, hemos detectado tendencias que reconfiguran el papel del Tercer Sector: la emergencia de problemáticas complejas como la salud mental, la soledad no deseada, el acceso a la vivienda, la brecha digital y el impacto del cambio climático. A la vez, el cuestionamiento del Estado de bienestar y del modelo social europeo exige a las entidades demostrar su impacto y eficiencia, adaptándose a modelos de financiación orientados a resultados.
A pesar de los retos, el sector ha mostrado una gran capacidad de adaptación y vocación transformadora, reforzando su papel como motor de cambio social y garante de derechos.
En este último post del año, desde Compasss queremos hacer balance recogiendo los principales desafíos y oportunidades que marcarán el rumbo del Tercer Sector en 2026, con la mirada puesta en el futuro y en cómo prepararnos para afrontarlos con éxito.

Desafíos principales del Tercer Sector
El Tercer Sector no solo debe adaptarse a los cambios del contexto social y político, sino también superar retos internos y externos para seguir siendo relevante y sostenible. Estos desafíos afectan especialmente a las entidades pequeñas y medianas, que cuentan con menos recursos y capacidad de gestión. A continuación, destacamos cuatro de estos grandes retos a superar.
1. Ampliar la agenda social a nuevos problemas sociales y vulnerabilidades
El Tercer Sector se enfrenta al reto de mirar más allá de las problemáticas tradicionales de pobreza y exclusión, incorporando nuevas vulnerabilidades que han cobrado protagonismo en los últimos años. La salud mental, la soledad no deseada, el acceso a la vivienda, la brecha digital y el cambio climático se han convertido en prioridades ineludibles para las entidades sociales.
Salud mental: aumento de problemas tras la pandemia y las crisis económicas, que requieren respuestas innovadoras y recursos específicos.
Soledad no deseada: especialmente en personas jóvenes y mayores, un fenómeno creciente que demanda intervenciones comunitarias y redes de apoyo.
Acceso a vivienda: los precios elevados y la falta de políticas efectivas dificultan la inclusión social y la estabilidad de los colectivos más vulnerables.
Brecha digital: la exclusión tecnológica afecta especialmente a colectivos vulnerables, limitando su acceso a derechos y servicios.
Cambio climático: su impacto recae con mayor fuerza en comunidades desfavorecidas, exigiendo una respuesta social y ambiental conjunta.
2. Mantener su legitimidad como actor relevante en la atención a necesidades sociales
En el contexto actual, la legitimidad del Tercer Sector ya no se da por sentada. La sociedad y las administraciones exigen impacto medible, transparencia y eficiencia. Las entidades deben ir más allá de la buena voluntad y demostrar, con datos y resultados, el valor de su trabajo.
Este entorno competitivo exige a las diferentes entidades demostrar resultados, transparencia y eficiencia ante administraciones y sociedad. ¿Qué significa esto para tu entidad?
Mayor exigencia en calidad y eficiencia.
Necesidad de demostrar impacto social.
Adaptación a modelos de financiación basados en resultados.
¿Qué puedes hacer tú? Publicar información financiera, generar confianza en donantes y administraciones, e innovar en la intervención social son pasos imprescindibles para mantener la relevancia y credibilidad del sector.
Demuestra resultados: utiliza indicadores claros como el número de personas atendidas o las mejoras logradas para evidenciar el impacto social.
Publica información financiera: la transparencia genera confianza en donantes, administraciones y la sociedad en general.
Innova en la intervención: adapta los servicios a las necesidades reales de los beneficiarios, apostando por la creatividad y la mejora continua.
A esto se le suma que cada vez más organizaciones han comenzado a afrontar el reto del relevo generacional, desarrollando estrategias para atraer y formar a nuevas generaciones de profesionales y voluntarios. Este proceso es fundamental para garantizar la continuidad y la renovación del Tercer Sector, permitiendo que se adapte a los cambios sociales y tecnológicos. Asimismo, promover espacios de diálogo intergeneracional y facilitar la transferencia de conocimientos entre equipos veteranos y jóvenes se convierte en una pieza clave para asegurar la sostenibilidad y la eficacia de las entidades en el futuro.
3. Profesionalización y transformación digital
La profesionalización de los equipos es uno de los grandes retos del sector, especialmente para las entidades pequeñas y medianas que cuentan con menos recursos. Es fundamental disponer de equipos especializados en gestión, administración, captación de fondos y comunicación.
Por otro lado, la transformación digital va mucho más allá de tener presencia en redes sociales: implica optimizar procesos internos, proteger los datos y capacitar al equipo en competencias digitales esenciales para afrontar los desafíos del presente y del futuro.
En Compasss hemos visto que la apuesta por la profesionalización y la transformación digital es, sin duda, el camino para fortalecer la capacidad de respuesta y la sostenibilidad de las entidades en un entorno cada vez más exigente. Algunas experiencias que hemos ido recogiendo son:
Digitaliza la gestión: la implementación de sistemas de gestión digital ha permitido a varias organizaciones optimizar la administración de recursos y agilizar la atención a las personas beneficiarias.
Protege datos: Una gestión responsable de los datos no solo cumple con la normativa vigente, sino que también refuerza la confianza de todos los agentes implicados.
Capacita al equipo: El aprendizaje constante facilita la adaptación a los cambios tecnológicos y mejora la eficiencia en la prestación de servicios.
4. Profundizar la colaboración con las administraciones públicas y otros actores
Para garantizar la estabilidad y la calidad de los servicios, es imprescindible fortalecer los canales de interlocución con las administraciones públicas y participar activamente en redes y mesas de diálogo. La búsqueda de fórmulas adecuadas de cooperación —como la licitación, el concierto social, los convenios, las subvenciones o los presupuestos personales— permitirá consolidar el papel del Tercer Sector como proveedor de servicios y defensor de estándares de calidad y empleo digno.
Solo a través de una colaboración sólida y bien estructurada con las administraciones públicas, el Tercer Sector podrá consolidar su papel como agente clave en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.
Genera canales de interlocución estables: participa en redes y mesas de diálogo para influir en la definición de políticas públicas. (Cómo contribuyen las redes, plataformas y confederaciones a la sostenibilidad de las entidades | COMPASSS)
Busca fórmulas adecuadas de cooperación: explora opciones como la licitación, el concierto social o los convenios para asegurar la sostenibilidad de los proyectos. La experiencia con el modelo de concierto social en la Comunidad Valenciana | COMPASSS.
No te olvides de explorar otras formas de impacto a través de la economía social. El Tercer Sector es clave para impulsar la innovación y la sostenibilidad dentro de este ámbito, promoviendo modelos económicos que ponen a las personas en el centro y favorecen la cohesión social. Además, el trabajo conjunto con cooperativas, sociedades laborales y otras entidades de la economía social amplía el alcance de las iniciativas y permite generar sinergias que refuerzan tanto la viabilidad de los proyectos como el bienestar de las comunidades. Esta colaboración resulta fundamental para diversificar fuentes de financiación, crear empleo de calidad y avanzar hacia una sociedad más equitativa.
Mirada al futuro
En definitiva, el Tercer Sector de Acción Social se enfrenta al futuro con determinación, consciente de los desafíos y también de las innumerables oportunidades que se presentan. Su capacidad para adaptarse, innovar y transformar lo posiciona como un pilar fundamental en la defensa de la igualdad y la justicia social.
Ahora más que nunca, es crucial apostar por la colaboración, fortalecer alianzas y participar activamente para construir un sector sólido, sostenible y preparado para responder con eficacia a las necesidades sociales actuales y futuras. Solo así lograremos avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva, donde nadie quede atrás.
¿Qué valor aporta el Tercer Sector?
| Ámbito | Aportación |
|---|---|
| Enfoque centrado en la persona y “activador” de la comunidad | Cercanía y capacidad de detectar necesidades en el día a día y dar respuestas flexibles implicando a las personas. Presencia en el territorio que permite aprovechar y actuar en sinergia con los recursos del entorno implicando a las comunidades y a las personas voluntarias. |
| Flexibilidad, innovación y capacidad de adaptación | Las entidades del Tercer Sector tienen la flexibilidad para abordar las necesidades individuales de forma personalizada, adaptándose a los itinerarios de las personas. Con frecuencia el Tercer Sector se centra en las personas con mayores necesidades de apoyo con la que puede desarrollar procesos más adaptados y continuados. |
| Conocimiento, especialización y experiencia | Las organizaciones del Tercer Sector a menudo son establecidas por miembros de la misma comunidad como respuesta a necesidades ante las que dan respuestas directas. Integran de modo más directo a las personas usuarias y su entorno en el diseño, planificación y evaluación de sus acciones. |
| Confianza y accesibilidad | Los proveedores del Tercer Sector gozan de credibilidad ante las personas usuarias que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Generan vínculos de confianza que es condición clave para la eficacia en la intervención. |
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