Lenguaje claro: conecta mejor con tu audiencia
Las entidades sociales trabajamos con temas complejos y, sin darnos cuenta, a veces lo reflejamos en nuestra comunicación. Usar términos especializados y explicaciones muy técnicas puede alejarnos de quienes necesitan nuestro mensaje. Y esto puede tener un impacto negativo en la sostenibilidad de nuestra entidad.
Por ejemplo, las entidades financiadoras, tanto públicas como privadas, deben comprender de forma rápida y clara en qué trabajamos, el impacto de nuestras acciones y por qué nuestra causa merece su apoyo. Las personas voluntarias necesitan saber a qué están contribuyendo con su tiempo y habilidades. Y, sin duda, las personas a las que atendemos deben entender fácilmente quiénes somos y qué hacemos si queremos que se acerquen a la entidad y accedan a los recursos que les ofrecemos.
Por eso, hoy vamos a hablar del lenguaje claro. Hablar claro no significa perder rigor, sino asegurarnos de que nuestro mensaje llegue a nuestra audiencia objetivo y cumpla su propósito: informar y ayudarle a tomar una decisión.
¿Qué es el lenguaje claro?
Según la Federación Internacional de Lenguaje Claro, un texto está escrito en lenguaje claro cuando “su redacción, su estructura y su diseño son tan transparentes que los lectores a los que se dirige pueden encontrar lo que necesitan, entender lo que encuentran y usar esa información”.
Además de la redacción, en la definición se habla de estructura y diseño. Y es que no se trata solo de escribir, sino también de organizar la información adecuadamente. Recursos como titulares, subtítulos, gráficos, imágenes, resúmenes o conclusiones ayudan a romper la monotonía para que el texto sea más comprensible y útil.
En este ejemplo puedes ver cómo la falta de lenguaje claro puede dificultar que un trabajador conozca sus derechos:

Antes de empezar a escribir, tres preguntas clave
Para lograr una comunicación clara y efectiva, antes de escribir debemos responder tres sencillas preguntas:
1.¿Quién va a leer nuestro mensaje?
Identificar a nuestra audiencia nos ayuda a elegir el tipo de lenguaje y el tono que vamos a utilizar. No es lo mismo hablarle a gente que ya conoce el tema que a personas que no tienen experiencia previa con él.
2.¿Qué queremos conseguir?
Cada mensaje tiene un objetivo: informar, sensibilizar, convencer o guiar a la acción. Debemos tenerlo claro antes de empezar a redactar.
3.¿De qué tema estamos hablando?
Conocer bien el tema es fundamental para poder hacerlo comprensible. Si tú no lo entiendes, ¿cómo lo vas a explicar? Haz un esquema con los puntos clave, agrupa los que sean similares, elimina temas superfluos e identifica posibles lagunas.
La clave: la audiencia
El corazón del lenguaje claro es la audiencia. Todo gira en torno a quién va a leer o escuchar el mensaje. No se trata de simplificar en exceso, sino de adaptar la comunicación a las necesidades y conocimientos de las personas a las que queremos llegar.
Vamos a ponernos en el caso de una organización que trabaja por el acceso a la justicia:
Si quieren compartir jurisprudencia con colegas juristas, sería lógico redactar un artículo con un lenguaje técnico y especializado porque está dirigido a personas que ya dominan el tema.
Pero si su objetivo es que personas sin formación legal comprendan los pasos que deben seguir para hacer algo (por ejemplo, presentar una denuncia o solicitar asilo), es mejor que usen un lenguaje sencillo.
Cómo mejorar la claridad en tus textos
Una redacción clara y comprensible es clave para que la información llegue a quienes la necesitan. A continuación, te mostramos algunos errores comunes y cómo corregirlos para que tu comunicación sea más efectiva:
EVITA | USA | EJEMPLO |
---|---|---|
Siglas sin explicar. | Los términos completos la primera vez que aparecen y, de vez en cuando, a lo largo del texto para que quede claro su significado. | • OAR → Oficina de Asilo y Refugio • CIE → Centro de Internamiento de Extranjeros • TEDH → Tribunal Europeo de Derechos Humanos |
Jerga o tecnicismos. | Explicaciones que desarrollen el sentido de los tecnicismos. | “El principio de non-refoulement impide la devolución de solicitantes de asilo a su país de origen si corren peligro” → “Las autoridades no pueden devolver a personas que han solicitado asilo si corren peligro en su país de origen” |
Frases pasivas, que son más difíciles de comprender. | Sujetos fácilmente identificables y frases activas. | “Los permisos de residencia son otorgados por las autoridades a quienes cumplen los requisitos.” → “Las personas que cumplen los requisitos pueden solicitar un permiso de residencia a las autoridades” |
Frases excesivamente largas o ambiguas. | Frases breves y sencillas. Prioriza el uso de verbos. | • Mediante la combinación de → combinando • Con el objetivo de lograr → para lograr • Realizar una investigación → investigar • Llevar a cabo una evaluación → evaluar |
Una estructura visualmente plana, sin cambios. | Titulares, resaltados, ejemplos, resúmenes, tablas, conclusiones, imágenes y gráficos, entre otros. | Esta tabla sería un ejemplo |
CONSEJO: Si te cuesta simplificar un texto, pídele a otra persona que lo revise. Una mirada externa detectará frases confusas o información innecesaria con más facilidad. También puedes usar herramientas como ChatGPT para reformularlo en un lenguaje más claro y accesible.
Diferencia entre lenguaje claro y lectura fácil
Antes de terminar, una pequeña aclaración. No es lo mismo lenguaje claro que lectura fácil. La lectura fácil está dirigida a personas con dificultades de comprensión lectora, como personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Una de sus características es que las frases se cortan en varias líneas, de manera que los textos se parecen visualmente a un poema.
El lenguaje claro, por su lado, beneficia a todas las personas ya que su objetivo es eliminar barreras de comprensión para cualquier audiencia.
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