Buenas prácticas en digitalización y transformación digital en el Tercer Sector
Temática:
- Transformación digital
La respuestas a todas estas preguntas se pudieron responder en la Jornada “Digitalización en el Tercer Sector”, organizada por EAPN-España, que tuvo lugar hace unos días.
A lo largo de la mañana fueron teniendo lugar diferentes ponencias relacionadas con la digitalización, la transformación digital, la inteligencia artificial y la protección de datos en las entidades del Tercer Sector. La primera de ellas corrió a cargo de Beath Mukushi, Directora de Servicios de Apoyo en el Scottish Council for Voluntary Organisations. Beath habló del proceso que siguió esta institución para implementar el proceso de transformación digital, que ya venían trabajando antes de la pandemia, pero que se agilizó con la misma. Para ello puso el ejemplo del programa Connecting Scotland, un programa del gobierno de Escocia para incorporar a todas las personas y organizaciones de forma progresiva a la digitalización.
Las acciones que impulsa tienen un carácter transversal, tratando de llegar a todos los actores, e incluyen desde el acceso a activos digitales de hardware, fibra, etc., hasta acciones de formación. Desde SCVO se han encargado de facilitar la implementación y llegada de este programa a las personas usuarias.
El 66% de las entidades prestaban, en 2020, todos sus servicios de forma online. Con la pandemia se ha producido un cambio: ha aumentado el número de usuarios, debido a la digitalización del sector; se ha desarrollado una estrategia a más largo plazo y se ha seguido apostando por la formación.
La siguiente ponencia la realizaron Sara Suárez-Gonzalo, investigadora en la Universitat de Catalunya, y Judith Membrives, de Lafede.cat. Hablaron sobre diferentes usos de la Inteligencia Artificial, tanto en la Administración pública como en entidades sociales. Algunos usos de la AAPP son:
- VioGén: es un sistema de IA que evalúa el nivel de riesgo de una víctima de violencia machista. No obstante, el algoritmo no sirve si el personal no tiene formación para analizar los datos.
- RisCanvi: en un algoritmo que evalúa el riesgo de autorización de un permiso penitenciario. El problema es el de la transparencia, no se conoce cómo funciona, no se ha auditado y solo se corrige un 1% de las recomendaciones sobre su uso.
En el Tercer Sector esto ofrece multitud de soluciones, por ejemplo:
Proyecto Gavius, una aplicación que de forma proactiva identifique qué necesidades a nivel asistencial puede tener la población.
Además, el Tercer Sector tiene otras funciones, como son:
Auditar a las AAPP en la utilización de la IA. Ese es el caso de CIVIO, que ha denunciado ante los tribunales la falta de transparencia en su uso.
Uso de la automatización para denunciar los abusos de poder, que utiliza Amnistía Internacional para desmontar la versión institucional. En Cataluña también lo usa SOS Racismo, permitiendo recabar datos sobre una actuación potencial en motivos de racismo.
¿Cuál debe ser el papel del Tercer Sector en la IA? Deben centrarse en hacer tres cosas:
- Informarse y formarse en el seno de las organizaciones para estar preparadas y también para formar a las personas con las que estas entidades trabajan. El objetivo es dejar de ver este tipo de tecnología como algo lejano.
- Desmitificar la tecnología y acercarla al ciudadano. Se trata de fomentar la participación de las entidades y también de las personas en la implementación de este tipo de tecnologías en distintos aspectos de la sociedad. Esto es fundamental porque los grupos que más se ven perjudicados por el uso indebido de esta tecnología son las personas más desfavorecidas.
- Infraestructura física, que en los últimos años ha sido privatizada, creando un problema de seguridad pública. Además, es necesaria una regulación que dote de seguridad a la aplicación de la IA.
A continuación, Cristina Ribas, de Ribas Casademont Abogados, incidió en la importancia de la protección de datos, especialmente en las ONG. Algunos desafíos que tienen las organizaciones son:
- La complejidad de la normativa de protección de datos, que además implica conocer otra legislación aplicable (ley de autonomía del paciente, etc.).
- Disposición de recursos limitados, ya que están para atender necesidad de interés general, no para hacerse expertas en protección de datos. Muchas veces esto lleva a contratar la empresa más barata y no la solución más adecuada.
- Control de proveedores. Las entidades son responsables de contratar proveedores que cumplen con la normativa de protección de datos. La realidad es que muchos de ellos no lo cumplen, ni si quiera en aspectos básicos. La solución es buscar un equilibrio, concienciando a los proveedores, quizá con un contrato de protección de datos, a través de pactos de confidencialidad, mediante circulares informativas o avisos sobre cómo deben tratan los datos, así como realizar auditorías.
Para la buena gestión de la protección de datos se recomienda tener un delegado de protección de datos, cuya función es asesorar a la entidad sobre protección de datos. Puede externalizarse este servicio, pero se recomienda que sea una persona interna de la organización, a la que puede ofrecerse formación específica para estas funciones.
Por último, la jornada se cerró con una mesa de experiencias en la que participaron Gabriel González, de Fundación Esplai, y Celia Roca, de Itwillbe. Gabriel González habló del proyecto de digitalización OMET, de acompañamiento en la transformación digital a entidades y del que extrajo los siguientes datos:
- Hay una relación entre presupuesto y transformación digital.
- El 74% de las entidades no disponía de un plan estratégico para su transformación digital.
- En 58% usa herramientas digitales, pero sin un enfoque estratégico.
- Solo un 58% de las entidades utilizan almacenamiento en la nube junto con el almacenamiento local.
- Solamente un 14% de las entidades disponen de un plan de ciberseguridad.
Por su parte, Celia Roca, desde su experiencia en los proyectos en los que trabaja Itwillbe apunta varias cuestiones críticas:
- Los donantes siguen prefiriendo donar a causas que donar para el desarrollo de tecnologías que permitan la digitalización, por lo que a veces es difícil conseguir financiación.
- Respecto a la formación. Por un lado, hay entidades que no entienden la necesidad de digitalización, y por otro hay varias que son conscientes de la necesidad pero que no saben cómo abordarlo.
Asimismo, además de que las entidades se digitalicen de forma individual, la digitalización del conjunto del sector, compartiendo los datos y generando un big data de las causas en las que se trabaja, se podría llevar a cabo a través de mejoras estratégicas, orientando demandas y acciones conjuntas.
En conclusión:
- La transformación digital es, sobre todo, cosa de las personas que conforman las entidades. Supone no solamente la introducción de tecnologías, sino un cambio de actitud con respecto a la forma de trabajo.
- En el TS hay mucha experiencia, pero es necesario compartir ese conocimiento a través de la colaboración.
- Es necesario plantearse qué puede aportar el TS a la transformación digital.