¿Has oído hablar de la inversión de impacto? Te lo contamos después de acudir a la Conferencia de Impulsa Social
Descripción:
El pasado 12 de febrero tuvo lugar la jornada de presentación del proyecto Impulsa Social, una iniciativa de Fundación ONCE, SpainNab y MU Enpresagintza (Universidad de Mondragón) dirigida a entidades de economía social, como fundaciones, asociaciones, centros especiales de empleo de iniciativa social, empresas de inserción, cooperativas y otras fórmulas de emprendimiento, que tiene por objeto la creación de un espacio de aprendizaje e innovación para impulsar la sostenibilidad económica de sus proyectos a través de instrumentos financieros complementarios a la financiación pública y para atraer la inversión privada hacia el impacto social.
El evento, presentado y dinamizado por Lourdes Márquez, directora de Alianzas y Relaciones Internacionales de Fundación ONCE, contó con la participación de profesionales expertos del sector público, así como representantes de las citadas entidades de la economía social, del ámbito académico y del ámbito empresarial, generando conversaciones en las que se puso de manifiesto la importancia de que todos estos actores estén en el diálogo actual sobre la inversión de impacto.
La jornada contó con una entrevista a Agustín Vitórica, fundador y Co-CEO de Gawa Capital, a cargo de Javier Güemes, director de Relaciones Internacionales del Grupo Social ONCE, en la que Vitórica explicó lo que son y suponen las inversiones de impacto social y, añadió, son las clases de aportes alternativos “que más crecen en el mundo”. Así, concretó, entre 2018 y 2023 se multiplicaron por 15 en España, donde alcanzaron alrededor de 1.500 millones de euros.
Tras la entrevista, representantes de la Asociación Española de Fundaciones, Cooperación Mondragón, la Federación Empresarial de Asociaciones de Iniciativa Social (IGUALIS); Federación de Asociaciones de Empresas de Inserción (FAEDEI), la Aceleradora de Fundación ONCE, y Fiare Banca Ética debatieron sobre retos, desafíos y oportunidades para una financiación de impacto social de calidad.
Del mismo modo, hubo un panel de prácticas inspiradoras integrado por responsables de Hogar Sí, Fundación ONCE, el Fondo de Fundaciones, Leinner y Cofundadora de LUP, A la Par (Fundación y centro especial de empleo de Iniciativa Social), Netmentora (Asociación), Moda-ré. (cooperativa) y CariFood empresa de inserción.
Por qué nos interesa la financiación privada
Buscar instrumentos financieros complementarios a la financiación pública es fundamental también para las entidades de la economía social porque:
- Estamos viviendo una reducción de fondos públicos accesibles para pequeñas y medianas entidades que se prevé que irá en aumento. Por tanto, la financiación pública ya no es suficiente para la sostenibilidad de las entidades y los proyectos que desarrollan.
- La financiación privada a menudo ofrece mayor flexibilidad para los proyectos a ejecutar por parte de estas entidades en cuanto a tipo de acciones y margen temporal de ejecución.
- Estamos actualmente en un momento de búsqueda y redefinición de instrumentos financieros que sean capaces de adaptarse al sector social. Por tanto, las voces de las entidades son fundamentales para que este proceso se desarrolle de manera coherente, útil y ética.

¿Qué es la inversión de impacto?
Empecemos por el principio. Llevamos tiempo escuchando hablar de la inversión de impacto, pero ¿qué es realmente?
SpainNab (Consejo Asesor para la inversión de impacto en España) la define como la práctica de invertir capital en una empresa o proyecto social que, además de generar un retorno económico, resuelva un reto social específico que esté desatendido, para el cuál no existan soluciones de mercado que estén ya funcionando, con una solución que permanezca a largo plazo y cuyo impacto se pueda medir.
Pero, entonces… ¿a mí me incumbe este proyecto y la inversión de impacto?
Sí, si eres una entidad de la economía social que:
- está atendiendo un reto que, de no ser por la acción de dichas entidades, se quedaría desatendido,
- está dando respuesta a retos para los cuáles no hay una solución de mercado,
- está realizando proyectos que generan un impacto social positivo a largo plazo.
Si reúnes estas condiciones, la inversión de impacto te interesa.
¿En qué punto está la inversión de impacto en España?
El sector de la inversión de impacto en España es muy joven, pero ha avanzado rápido en los últimos años. Actualmente se encuentra en una fase de búsqueda y definición, es decir, está sentando las bases de lo que es necesario para el sector social y del tipo de instrumentos y fórmulas financieras que realmente pueden ser útiles y accesibles para aquellos proyectos sociales que están generando un impacto. Sin embargo, no es una tarea fácil; la inversión de impacto, como su propio nombre indica, deriva de la inversión tradicional, digamos que es “el hijo responsable” de la inversión tradicional, y por tanto se regula por unos instrumentos financieros y unas métricas de retorno que difícilmente se ajustan a la realidad del sector social. Ese es el reto actual: buscar la fórmula que consiga que la inversión de impacto, sin dejar de ser inversión, sea accesible y útil para los proyectos sociales. Esto requiere un cambio sistémico, y para ello es necesario que todos los agentes intervinientes se sienten a la mesa.
¿Qué necesitamos las entidades de la economía social para acercarnos a la inversión de impacto y otros instrumentos financieros complementarios a través de este proyecto?
Las entidades vienen financiándose, principalmente, mediante financiación pública. Al margen del debate de si las acciones que se desarrollan desde las entidades son responsabilidad de la Administración o no; la realidad es que ni la Administración ni la financiación pública están siendo suficientes para resolver los retos sociales. Tampoco garantizan la sostenibilidad de las entidades, que con sus proyectos no solo aportan soluciones, sino que también sostienen a las personas a quienes van dirigidos. Por eso, es necesario un cambio de mentalidad y de costumbre en las entidades para que se acerquen hacia instrumentos financieros con los que, generalmente, no están acostumbradas a trabajar, pero son una vía para su sostenibilidad a largo plazo.
Ha llegado el momento en que las entidades, grandes, medianas y pequeñas aumenten el foco hacia la financiación privada, se familiaricen y acerquen a conceptos de gestión económico financiera con los que están menos acostumbradas a trabajar y con los que, seguramente, a priori, se sientan menos cómodas. Conceptos financieros como rentabilidad, retorno, deuda o capital paciente deben empezar a formar parte de la visión de sostenibilidad y de las herramientas en las que formarse.
Algunos ejemplos:
Fundación A la Par: la Fundación A la Par es consciente de que algunos de los proyectos que llevan a cabo son inevitablemente no rentables económicamente así que, con el objetivo de garantizar su sostenibilidad, la fundación desarrolla actividades lucrativas con las que financian las no lucrativas. Ejemplos de estas actividades lucrativas son su fábrica de muebles y artículos de decoración, su servicio de imprenta o su taller de lavado y mecánica rápida.
Moda-re: Cáritas ha convertido su recogida de ropa usada en un proyecto rentable a través del modelo Moda-re, mediante el cual se crean puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión social en la fase de recogida y selección de ropa, así como en la preparación de la ropa para su venta en tiendas de segunda mano repartidas por todo el país. El modelo Moda-re se centra:
- por un lado, en formar a las personas contratadas en torno a la excelencia y eficiencia en su puesto de trabajo, para que puedan después incorporarse a un puesto de trabajo normalizado;
- y, por otro lado, facilita un proceso de compra normalizado en el que la persona realiza el pago con un código QR dignificando así la entrega de ropa a personas que la necesitan.