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Proyectos para convocatorias de subvenciones: hacia una mayor participación de las personas beneficiarias

COMPASSS (dinamización)

Temática:

  • Fondos europeos
  • Financiación pública

Cada vez es más frecuente que las convocatorias de subvenciones valoren la participación de las personas usuarias en el proyecto no solo como beneficiarias del mismo, sino como un actor relevante en su diseño, implementación y evaluación. Esta tendencia a ampliar la participación de las personas usuarias es especialmente importante en las convocatorias dirigidas a las personas más vulnerables, tanto públicas como privadas. Ejemplos de esto son la convocatoria del 0,7% estatal o la convocatoria general de la Fundación ONCE.

Aunque no se solicite como requisito, es en cualquier caso deseable que las personas beneficiarias participen en el diseño y la implementación de las actividades para asegurar una respuesta más ajustada a las necesidades de las personas y una atención centrada en la persona, lo que repercutirá en un mayor impacto de las entidades del Tercer Sector de Acción Social.

Todo apunta a que este aspecto será cada vez más relevante en las convocatorias de subvenciones y es probable que su peso en la puntuación de los proyectos aumente gradualmente. En este post queremos darte algunas recomendaciones que te ayuden a incorporar de forma efectiva a las personas usuarias en las distintas fases de un proyecto, diferenciando entre distintos niveles de intensidad que dependerán del tamaño de tu proyecto, la población objetivo, los recursos de los que dispongáis o del contenido del proyecto.

Claves para incorporar a las personas usuarias en los proyectos.

  1. Fase de conceptualización y diseño de proyectos

El primer espacio de participación sería la incorporación de la visión de las personas beneficiarias en la fase de conceptualización y diseño del proyecto. Incorporar la mirada de las personas beneficiarias desde el principio reforzará las posibilidades de éxito del proyecto, puesto que será más fácil identificar riesgos y necesidades de las personas desde el principio e incorporarlas en el diseño de los apoyos y el presupuesto. 

  • En el nivel más básico de participación estaría el análisis de los resultados de las evaluaciones de proyectos previos en las que hayan participado personas usuarias del programa. Para esto se pueden utilizar las encuestas de satisfacción respondidas previamente por las personas usuarias del programa, con el fin de incorporar mejoras y acciones específicas que den respuesta a las cuestiones identificadas, o informaciones más cualitativas si se organizaron grupos de discusión con personas beneficiarias para evaluar los proyectos.

  • En un nivel más avanzado de participación, se podrían organizar grupos de trabajo específicos para diseñar o contrastar el diseño inicial del proyecto con personas del colectivo de personas beneficiarias. En este marco se pueden presentar las líneas generales y las actuaciones que se pretenden llevar a cabo, identificando mejoras o nuevas actividades o apoyos que las personas consideren necesario introducir. 

Se puede también plantear la incorporación de profesionales con experiencia vital del colectivo participante en el equipo del programa o del diseño de proyectos, es decir, personas que hayan pasado por las situaciones o dificultades de las personas beneficiarias del proyecto. En estos casos, cabe prestar atención a que la voz de una persona puede ser representativa del colectivo o puede ser representativa de la individualidad de la persona, por lo que sería conveniente contrastar la aportación con otras personas del colectivo.

  1. Fase de implementación del proyecto

La participación de personas usuarias en la implementación del proyecto es fundamental para conseguir que sean las propias personas beneficiarias quienes lideren sus procesos de recuperación o integración.

  • En el nivel más básico de participación estaría el uso de metodologías de intervención centradas en la persona, que incorporen en diferentes momentos del proceso la participación directa de la persona beneficiaria.

Ejemplo: un itinerario de inserción sociolaboral

  • A menudo se diseña entre la persona responsable del acompañamiento social y la persona responsable de la orientación laboral y posteriormente se le comunica a la persona beneficiaria.
  • Desde un enfoque de participación, el itinerario de inserción se deberá elaborar junto con la persona beneficiaria, y el equipo profesional deberá estar atento a incorporar los deseos, reparos o dificultades que la persona vaya expresando en el proceso de elaboración.
  • Sería también deseable que la persona beneficiaria firme su conformidad con el itinerario de inserción que se le propone.
  • En un nivel más avanzado de participación está la implicación directa de las personas beneficiarias en la prestación de los servicios o la intervención, que por una parte acercará la intervención al resto de personas beneficiarias y por otra parte puede ser un elemento activo en el proceso de empoderamiento e integración de las personas beneficiarias. Por ejemplo, en el caso anterior se podría considerar la incorporación en el equipo de intervención de personas con la experiencia vital de las personas beneficiarias que hayan adquirido las competencias técnicas necesarias para realizar la intervención.

Es particularmente relevante en el caso de servicios dirigidos a colectivos culturalmente diversos, como la población gitana o personas migrantes, y puede ser clave para el éxito de la intervención, puesto que los mensajes se recibirán desde personas del propio colectivo.

Ejemplo: un proyecto de erradicación de la mutilación genital femenina con personas migrantes

  • Una acción de sensibilización realizada por un profesional español puede ser recibida como una imposición cultural de la comunidad de acogida.
  • Si la realiza una mujer migrante de su comunidad la recepción del mensaje puede ser más eficaz al provenir de una persona de la propia comunidad e incorporar su experiencia vital al proceso.
  1. Fase de evaluación del proyecto

Por último, la participación de las personas beneficiarias podría (y debería) realizarse en la fase de evaluación del proyecto, de modo que se puedan obtener aprendizajes a partir de la valoración de las personas beneficiarias e incorporarlas como mejoras en el diseño de futuros proyectos.

  • En un nivel básico de participación estaría la realización de una encuesta de satisfacción que podemos construir específicamente para cada proyecto en función de las actividades y servicios que ofrezca. La encuesta podría ser principalmente cuantitativa pero siempre conviene dejar espacios de expresión de valoraciones cualitativas, a través de preguntas como ¿Qué otras actividades incorporarías al proyecto? O ¿Qué otros apoyos proporcionados mejorarían el proyecto?

  • En un nivel más avanzado de participación, se pueden organizar grupos de discusión en los que se aborde la evaluación general del proyecto o la evaluación de aspectos específicos que se hayan identificado como críticos para el éxito del proyecto. Estos grupos de discusión deberían centrarse en la extracción de aprendizajes que sean aplicables en el diseño de proyectos futuros.

En estas actividades de evaluación conviene incorporar los elementos necesarios para promover una participación efectiva. En el caso de la población migrante podría implicar, por ejemplo, la traducción a diferentes idiomas de la encuesta de satisfacción o la dinamización de grupos de discusión por parte de personas que dominen el idioma de las personas participantes.

A tomar en cuenta

La participación de las personas beneficiarias en las actividades en las varias fases del ciclo de proyectos puede requerir de una capacitación previa de las personas en competencias como dinamización de grupos, comunicación verbal y no verbal u otras competencias técnicas que se debería prever en el marco del proyecto. Por ejemplo, si un proyecto prevé la realización de grupos de discusión con personas beneficiarias, se podría formar a varias de ellas en dinamización de grupos de discusión y dejarles el liderazgo de la dinamización con acompañamiento profesional.

Esperamos que con estas pautas tengas más pistas sobre cómo incorporar de forma efectiva a las personas beneficiarias en el diseño de tus proyectos. No dudes en compartir alguna experiencia dejando un comentario en el post.

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